jueves, 31 de mayo de 2012

El Lavabo en la Misa (las manos del sacerdote)


 


Como a veces se presenta el Lavabo de las manos del sacerdote en la Misa como consecuencia de recibir él personalmente las ofrendas al pie del altar, veamos primero el rito de las ofrendas, la ubicación del lavabo y el modo de realizarlo hoy según el Misal romano.

            La oblación de los fieles está documentada entre otros por san Cipriano, san Ambrosio, san Jerónimo, san Agustín, san Cesáreo de Arlés, san Gregorio Magno y el Ordo Romanus (OR) I.





           Las Constituciones Apostólicas establecían la materia de las ofrendas: «No se ha de llevar cualquier cosa al altar, salvo en su época, las espigas nuevas, las uvas, también el aceite para la santa lámpara y el incienso para el momento de la divina oblación. Las demás cosas que se presenten sean destinadas a la casa, como presentes para el obispo o los presbíteros, pero no para el altar» (VIII, 47,3-4 SC 336,274-276). 


            Sabemos por las mismas Constituciones (VIII, 12,3) que los dones aportados por el pueblo eran llevados por los diáconos al altar. Lo mismo decía la Tradición Apostólica: offerant diaconi oblationes (c. 4). Las aportaciones de los fieles se convirtieron en Occidente en una auténtica processio oblationis. Más tarde, en Roma según atestiguan los Ordines, el traslado de los dones fue una tarea clerical sin solemnidad especial: OR I, 69ss (OR II, 91ss).

            El complicado esquema de la Misa papal en el Ordo I era así:

Ritos de ofertorio:

• Disposición del corporal y del cáliz sobre el altar.
• Recolección de la ofrenda de pan del Senatorium por parte del Papa.
• Recolección del vino ofrecido por el pueblo por parte del archidiácono.
• Recolección de las ofrendas del clero menor y del resto del pueblo por parte de un obispo.
• Recolección de las ofrendas por parte del Papa in parte feminarum

•Lavabo.

• Disposición del pan ofrecido sobre el altar
• Ofrecimiento del vino por parte del Papa y diáconos y del agua de parte de la schola
• Recolección de las ofrendas de los presbíteros hebdomadarii y diáconos por parte del Papa.
• Ofrenda del pan por parte del Papa.
• Oración.


            Se recogían las ofrendas por sectores, tanto el Papa, como un obispo y un archidiácono, y estas ofrendas eran el pan y el vino para la Eucaristía que se celebra. El lavabo está como un rito en la mitad del ofertorio, antes de recoger la ofrenda del vino. Así vemos que en la Misa papal, su uso no es higiénico ni práctico, sino simbólico y espiritual, porque luego sigue la recolección de ofrendas.

miércoles, 30 de mayo de 2012

La Eucaristía en el centro del Misterio de la Iglesia (Catequesis)

La vida eucarística es un Don, y esto significa, ante todo, que la vida de la Iglesia misma es un "recibir" de Cristo, como María es receptora libre y da su asentimiento, y no un "tomar" o un "fabricar" por nuestra parte. No. A la Iglesia no la fabricamos nosotros, ni tomamos de ella lo que queramos desechando lo que nos incomode. Es un Don que recibimos, Don que proviene de Cristo. 

La Eucaristía recuerda hasta qué punto todo es Don (el Sacramento y la Iglesia misma).

"A la Iglesia le pertenece esencialmente el elemento del "recibir", del mismo modo que la fe proviene de la escucha y no es fruto de decisiones o reflexiones propias. La fe es, en realidad, encuentro con lo que yo no puedo excogitar o producir con mis solas fuerzas, sino que, al contrario, debe salir a mi encuentro. Llamamos "Sacramento" a esta estructura del recibir, del encontrar. Y es precisamente por esta razón, que pertenece a la forma fundamental del Sacramento, el hecho de que haya de ser recibido y que nadie pueda conferírselo a sí mismo. Nadie se puede bautizar a sí mismo; nadie puede administrarse la ordenación sacerdotal; nadie puede perdonarse sus propios pecados. De esta estructura de encuentro depende también el hecho de que un arrepentimiento perfecto, por su misma esencia, no puede limitarse a ser interior, sino que impulsa hacia el encuentro del Sacramento. De aquí que no sea simplemente una infracción de determinadas prescripciones exteriores del derecho canónico ofrecerse a sí mismo la Eucaristía y administrársela sin más, sino que con ello se vulnera la más íntima estructura del Sacramento. El hecho de que únicamente en este Sacramento pueda el sacerdote administrarse él mismo el Sagrado Don nos remite al mysterium tremendum al que se halla expuesto en la Eucaristía: actúa in persona Christi, de modo que, al mismo tiempo, lo representa y es hombre pecador que vive enteramente de ese acoger su Don.


martes, 29 de mayo de 2012

"Me gusta que reciba la Unción todos los años"

"Es que a mí me gusta que reciba la Unción todos los años": frase terrible de alguien lleno de afecto hacia su familiar enfermo, que cree que el Sacramento de la Unción se administra cada año sin más al enfermo. Ahora, con suma delicadeza y tacto pastoral, hay que decirle que no es así y señalarle que está el sacramento de la Penitencia, de la Eucaristía y la Bendición de los enfermos, ya que ni hay grave peligro, ni una recaída grave ni una operación quirúrgica grave. 

Así se ha ido desfigurando la naturaleza, el sentido, los efectos de la Unción de enfermos, así como ignorar quién es Sujeto del sacramento y las condiciones para recibirlo.

Con esta catequesis buscamos quitar la idea ahora muy difundida de que la Unción de Enfermos hay que recibirla ¡¡cada año!!, una vez que se han cumplido los 65 años, y que todos los enfermos la deben recibir cada año.

Y quitar igualmente la mentalidad pastoral que agota toda celebración de los enfermos o de los ancianos con el sacramento de la Unción. ¿Y si ya lo han recibido? Pues hay otros ritos.

La santa Unción es un sacramento en cierto modo desconocido por los excesos y por los defectos; los excesos por cuanto se tiende a administrarlo indiscriminadamente a cualquier persona que haya cumplido los 65 años -aunque goce de buenísima salud- y se repite cada año como si fuera un sacramento anual; los defectos, cuando se retrasa hasta el último momento de agonía y en lugar del Viático se da la Unción cuando el enfermo está ya en coma o sedado: se sigue pensando que es Extremaunción y no Unción de enfermos, cuando el enfermo debe ir viviendo su enfermedad.

Se corre un riesgo, por no decir que se ha caído ya en un peligro: trivializar el Sacramento, de manera que parece que la Unción es un sacramento que todos, absolutamente todos los que ya hayan cumplido los 65 años deben recibirlo "por si acaso". El discernimiento sobre el "sujeto" del sacramento se omite y se pone el mero límite de la edad. No sería arriesgado afirmar que en muchos el Sacramento ha sido nulo, inválido, porque el sujeto no era apto para recibir el sacramento: ni estaba enfermo ni sufría graves inconvenientes y achaques por una avanzada ancianidad. Sumemos además que el Sacramento se reitera, es decir, se vuelve a celebrar sólo si ya hay una recaída grave y se ve un peligro real.

Sobre el sujeto y la reiteración de la Unción, prescribe el Ritual:
 

lunes, 28 de mayo de 2012

Sencillo tiempo ordinario

Pasada la gloriosa cincuentena pascual, volvemos a la normalidad, a la cotidianeidad.

La liturgia recobra la sencillez de la santificación cotidiana, de la glorificación de Dios, del ofrecimiento con Cristo, de la escucha de la Palabra.

El cirio pascual ya no está junto al ambón, ardiendo, sino que ha sido llevado al baptisterio, para que los nuevos bautizados reciban allí su cirio encendido.

El exorno floral ya no es la exuberancia de todos y cada uno de los cincuenta días pascuales, sino la discreción floral.

El blanco (o el dorado) de paños litúrgicos y de las vestiduras sacerdotales (casulla y estola), pasa a ser el verde.

* Si durante toda la cincuentena pascual, cada día, se empleó el saludo aconsejado para este tiempo ("El Dios de la vida que resucitó a Jesucristo rompiendo las ataduras de la muerte, esté con vosotros"), ahora el saludo sacerdotal ya es otro ("El Señor esté con vosotros", "La gracia y la paz de parte de Dios Padre..."). 

* Si el acto penitencial era la fórmula tercera ("Tú que... Señor, ten piedad"), ahora es preferible la segunda fórmula, más breve ("Señor, ten miserocirdoia de nosotros. Porque hemos pecado contra ti..."). 
* Si durante la cincuentena pascual, cuando no había canto, se pronunció en voz alta las fórmulas de presentación de la oblata "Bendito seas Señor, Dios del universo", una mayor sencillez aconseja ahora, en el tiempo ordinario, recitarlas siempre en silencio.

* Si se rezó el Canon romano -¡ojalá!- cada día de Pascua, ahora se pasa a emplear, por ejemplo, la más breve y estructurada plegaria eucarística II.
 

domingo, 27 de mayo de 2012

Santísimo Pentecostés

No es una "fiesta del Espíritu Santo", devocional, como un día dedicado al Espíritu, sino que Pentecostés es la solemne conclusión de los cincuenta días de Pascua, el día en que Cristo dio el Espíritu Santo desde el Padre para ser sus testigos ante el mundo y construir la Iglesia.


Hoy es el día del gran regalo del Señor glorificado: nos da su Don, su regalo. El fruto de toda la Pascua es el Espíritu Santo.

Llega a plenitud la cincuentena pascual, y esa plenitud no es otra que recibir y participar del mismo Espíritu Santo que resucitó a Jesús de entre los muertos.

"Pues, para llevar a plenitud el misterio pascual, 
enviaste hoy el Espíritu Santo 
sobre los que habías adoptado como hijos por su participación en Cristo. 
Aquel mismo Espíritu que, desde el comienzo, 
fue el alma de la Iglesia naciente; 
el Espíritu que infundió el conocimiento de Dios a todos los pueblos; 
el Espíritu que congregó en la confesión de una misma fe 
a los que el pecado había dividido en diversidad de lenguas" (Prefacio de Pentecostés).

viernes, 25 de mayo de 2012

Cuando se fracasa en el apostolado

Las ilusiones del apóstol, los planes del enviado, los deseos evangelizadores, de la misión, del trabajo por el Reino, chocan con la realidad. Las cosas -los corazones, en el fondo- no salen ni se desarrollan según habíamos pensado, es Dios quien traza sus planes, su proyecto salvador, estando el apóstol al servicio de Dios y de la Iglesia, con la sabia disciplina del corazón de no esperar nunca ni frutos ni resultados.

    El fracaso se podría interpretar de múltiples formas. Si el Señor manda sólo a sembrar, ¿quién puede sentirse fracasado por no cosechar? La cosecha, ¿es del Señor o nuestra? Y si es del Señor, ¿por qué alguien se puede sentir fracasado? El "negocio" del Evangelio es más del Señor que de los apóstoles, Él está más empeñado que de ellos. Hay que dejar a Dios ser Dios, que Él dará crecimiento a la semilla a su tiempo.

    El fracaso puede ser, por otra parte, herida en el orgullo y amor propio: todos los proyectos trazados que no han cuajado no demuestran de por sí, la incapacidad del apóstol. El que lo vive así busca más su propia gloria que la del Señor. El éxito, incluso pastoral, es un ídolo contrario a la Cruz del Señor, que debe ser arrancado de raíz para no viciar toda obra buena.

    El fracaso puede, por otro lado, ser usado por el Maligno como tentación y, ante hechos evidentes, seducir al corazón: "lo has intentado y has fracasado. No sirves. Esto no es lo tuyo". Habrá que ejercer el discernimiento: ¿no se tienen aptitudes para un determinado apostolado o se tienen y no se ha tenido respuesta? Es un discernimiento necesario porque, ciertamente se trabaja con los dones, talentos y carismas y no todo el mundo está preparado y sirve para todo tipo de apostolado. Por eso el discernimiento sirve para iluminar las situaciones pastorales y quitar tentaciones o cambiar la actividad del propio apostolado si el caso lo requiere.

    No se puede olvidar que el fracaso es realidad cotidiana, no esporádica ni aislada, sino que la tentación del fracaso es constante. Única y exclusivamente purificando el corazón de toda motivación engañosa o de toda afección desordenada se puede ser apóstol porque, en este mundo, con la cultura secularista y el ateísmo pragmático que reina, que siembra cizaña y hace crecer las zarzas que ahogan la semilla de la Palabra, sólo se puede evangelizar con una seria y profunda mística en la acción apostólica.

Hay que pensar en la oración cómo lo que percibimos como un fracaso tal vez no sea tal: deberá situarse en el tiempo de Dios y en la libertad de los hombres. Queremos ver los frutos con inmediatez, pero a lo mejor sólo somos el eslabón de una cadena cuyo final está más adelante, en otro momento, en otro tiempo y no ahora. En todas estas realidades pastorales y apostólicas, el fracaso o el éxito es muy relativo pues nos movemos en un orden sobrenatural que se rige por otras leyes que no son las inmediatas de la eficacia (como si fuera una empresa o un comercio).


La madurez del apóstol permitirá que éste no se derrumbe, sino que, encomendando todo lo realizado al Señor, siga adelante, sea capaz de empezar de nuevo todas las veces que sean necesarias. El ejemplo de los santos nos anima a ello.

jueves, 24 de mayo de 2012

La acción del Espíritu Santo

¿A quién esperamos?
¿Cuál es el Don del Espíritu Santo?
¿Por qué oramos con intensidad esta semana?
¿Qué realiza el Espíritu Santo en nuestras almas?

San Cirilo de Jerusalén, Catequesis 16, sobre el Espíritu Santo (1, 11-12.16: PG 33, 931-935.939-942)

El agua viva del Espíritu Santo

El agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna. Una nueva clase de agua que corre y salta; pero que salta en los que son dignos de ella.

¿Por qué motivo se sirvió del término agua, para denominar la gracia del Espíritu? Pues, porque el agua lo sostiene todo; porque es imprescindible para la hierba y los animales; porque el agua de la lluvia desciende del cielo, y, además, porque desciende siempre de la misma forma y, sin embargo, produce efectos diferentes: Unos en las palmeras, otros en las vides, todo en todas las cosas. De por sí, el agua no tiene más que un único modo de ser; por eso, la lluvia no transforma su naturaleza propia para descender en modos distintos, sino que se acomoda a las exigencias de los seres que la reciben y da a cada cosa lo que le corresponde.

De la misma manera, también el Espíritu Santo, aunque es único, y con un solo modo de ser, e indivisible, reparte a cada uno la gracia según quiere. Y así como un tronco seco que recibe agua germina, del mismo modo el alma pecadora que, por la penitencia, se hace digna del Espíritu Santo, produce frutos de santidad. Y aunque no tenga más que un solo e idéntico modo de ser, el Espíritu, bajo el impulso de Dios y en nombre de Cristo, produce múltiples efectos.

miércoles, 23 de mayo de 2012

La acción del Espíritu Santo

En la antigüedad cristiana, en sus primeros siglos, no sólo hubo controversias cristológicas sobre la divinidad y la humanidad de Cristo y cómo se relacionaban entre sí, sino también controversias pneumatológicas, sobre el Espíritu Santo, el Santo Pneuma: su divinidad y su acción.


Estas controversias pneumatológicas, zanjadas luego en diversos concilios, provocaron la respuesta de los Padres de la Iglesia con diversos tratados para defender la divinidad del Espíritu Santo. Son joyas un tanto desconocidas a lo que hay que sumar la poca sensibilidad pneumatológica de Occidente, en contraste con el protagonismo que se le da en Oriente en la teología, en la liturgia y en la espiritualidad.

Uno de esos tratados, con traducción castellana en Biblioteca de Patrística de la editorial "Ciudad Nueva", es el de san Basilio Magno, con páginas antológicas, sabrosas, intuitivas. Como ya se acerca Pentecostés, sirvan las palabras de san Basilio para disponernos al culmen de la cincuentena pascual.

¿Qué hace el Espíritu Santo en nosotros? 

martes, 22 de mayo de 2012

Pensamientos de San Agustín (X)

Con esta serie de catequesis espaciadas, que toman pie de frases y sentencias de San Agustín, pretendemos alcanzar tres objetivos:


  1. Acercarnos a un gran Doctor y Padre de la Iglesia, asumiendo sus claves de pensamiento, teología y espiritualidad. Los Padres de la Iglesia contienen riquezas que deben ser asumidas y transmitidas, y no deben sonarnos como personajes lejanos a nosotros, sino vivos, muy vivos.
  2. Tener materias diversas que, al ser breves, nos pueden permitir reflexionar, pensar y memorizar principios muy distintos de la vida cristiana, tanto en lo referente al dogma (la verdad cristiana) como a la moral o la espiritualidad.
  3. Aprender a orar. Él nos sugiere muchos pensamientos que son breves oraciones dirigidas a Dios; pero su estilo mismo al escribir y predicar son una ayuda para que oremos con esas frases.

Nuestras obras, las grandes y destacables así como las pequeñas, son valoradas por Dios (juzgadas, cribadas) porque Dios aprecia y respeta tanto nuestra libertad y entrega que le concede gran importancia a lo que hagamos. Dios nos toma muy en serio, aunque nosotros mismos no lo hagamos así, y obremos alocadamente, o de manera irresponsable, o inconsciente.

lunes, 21 de mayo de 2012

VII semana de Pascua

Después de la Ascensión del Señor a los cielos, su triunfo, su glorificación, la séptima semana de Pascua, ya la última, va a resaltar cómo la venida del Espíritu Santo es el culmen de la Pascua, el don del Señor.

Es una semana de oración intensa y de preparación espiritual para Pentecostés. El Señor nos prometió enviar desde el Padre a otro Paráclito (¡otro Abogado!), el Defensor, el Consolador.

La Iglesia se retira a orar en el Cenáculo con la Virgen María y Pentecostés. ¿Hay que hacer algo especial, empezar una novena o un septenario? A título personal, siempre se es libre para las devociones. Pero, en cuanto tal Iglesia, todos, recibimos la impronta espiritual de esta séptima semana de Pascua mediante la liturgia y los textos.

El Oficio divino cambia la antífona del primer salmo llamado Invitatorio; hasta ahora cantabamos: "Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya"; esta semana la antífona del salmo invitatorio es "Venid, adoremos a Cristo, el Señor, que nos prometió el Espíritu Santo. Aleluya".

También los himnos para la Liturgia de las Horas varían y son propios para esta séptima semana de la Pascua: "Ven Espíritu divino", "Oh llama de amor viva" o, en latín, el delicioso "Veni Creator". La lectura patrística del Oficio divino presenta una meditación plácida y asidua del Don del Espíritu Santo.

Cada día hay una alusión, una petición, o la respuesta misma, en las preces de Laudes y/o de Vísperas, manteniendo el tono orante de petición del Espíritu Santo.

domingo, 20 de mayo de 2012

La Europa que nació cristiana

¿Acaso podríamos olvidarlo?

¡Europa nació cristiana! La fe cristiana configuró Europa, le dio un alma, impulsó su verdadero desarrollo a cotas que después jamás se igualaron.

Europa, cristiana, favoreció la unidad de los pueblos con un destino común, una vocación. Sólo la disgregación que provocó la modernidad, las distintas revoluciones, el nuevo paganismo, las diferentes ideologías, paralizó Europa y la llevaron a su crisis permanente, a su falta de identidad, a la negación y al relativismo.

Lo que el Papa Benedicto señalaba al Embajador de Croacia en un discurso es, en gran medida, extrapolable a todas las naciones europeas.

"Para fortalecer a las generaciones actuales, se debe explicar claramente la rica herencia de la historia de Croacia y la cultura cristiana que la ha nutrido profundamente y en la que siempre se ha apoyado su gente en la adversidad" (Benedicto XVI, Discurso al Embajador de Croacia, 11-abril-2011).

El proyecto hoy de una Europa unida en lo político y en lo económico, sólo puede tener como una base razonable la propia identidad, su cultura cristiana, su raíz nacida de la evangelización.

sábado, 19 de mayo de 2012

Orar con las oraciones

El Misal, aparte de ser el libro de altar para la celebración del sacrificio eucarístico, puede ser considerado como muy bien como el gran libro de la plegaria de la Iglesia, donde la Iglesia contempla la acción de Dios, lo alaba y adora y también le suplica. Los misterios de la fe son narrados mediante la oración litúrgica, expresados mediante las plegarias del Misal.

Los mismos textos, año tras año, son proclamados, con concisión y belleza en su fórmula, para la celebración de la Iglesia. Un oído atento -que participa de veras en la liturgia interior y activamente- las escucha, las hace suyas, va alcanzando familiaridad con el lenguaje de la Iglesia. De esta manera, interiorizándolas al ser recitadas en la liturgia dignamente, pausadamente, podemos ir siendo educados en las verdades de la fe y también alimentando el corazón y la mente para orar y contemplar.

La espiritualidad personal, sin duda alguna, se enriquece sobradamente, cuando las oraciones del Misal pasan a ser un patrimonio del corazón, rezadas, meditadas, saboreadas contemplativamente. Desechemos por tanto la idea de que lo que hay en el Misal es para el uso del sacerdote, que las recita y que a veces ni prestamos la atención debida, sino que hemos de pasar a considerarlas un venero de agua que fecunda día a día, año tras año litúrgico, la vida de todos.

Los textos eucológicos -es decir, las oraciones litúrgicas- acompañan la vida del creyente.

"Cualquier de ellos orado antes, en y después de la celebración hará que la experiencia de la gracia fructifique plenamente en la persona y vaya dejando un pose profundo nacido de la auténtica experiencia divina en la Iglesia" (BUGEDA, A., "Liturgia y experiencia de Dios", en: Phase 304 (2011), 358).

viernes, 18 de mayo de 2012

"Houston, tenemos un problema"

Frase célebre en el cine: "Houston, tenemos un problema", en Apolo XIII, y tanto que lo tenían.


Pues "tenemos un problema".

Recuerdo que tenemos una lectora muy joven, Julia, de 10 años (creo que eran 10 años más o menos) por la que rezamos todos.

Ahora -hace una semana- me entero de que tenemos otro pequeño lector, de 10 años, Juan Pablo. Éste fue mi monaguillo y se portaba bien en el altar con una sonrisa permanente, angelical; con su sotanita roja y su roquete blanco con 4 y 5 años, junto a su hermano Jesús, más mayor. No pongo foto de Juan Pablo por aquello de la "protección del menor". (Lo siento chico, te quedas sin foto y sin verte).

 

Su madre, prudente siempre, es ahora catequista también de adultos. Yo la aprecio muchísimo (y para que no se enfade quien yo me sé, también quiero muchísimo a varias de sus amigas, entre las cuales está la de "lo justito" en la vida cristiana, ¿eh? ¿Sabes ya bien claro que va por ti, no?).  Ella prosigue la formación que impartíamos en aquella parroquia (formación de catequistas y catequesis de adultos y retiros mensuales...) y, por lo que me dice, entra en el blog. Lo sorprendente es que el pequeño Juan Pablo al que vi el pasado sábado 12 de mayo, y al que no reconocí después de 4 años sin verlo, me saluda, se pone a charlar conmigo, le hablo de la vocación sacerdotal... y me dice con su cara de pícaro que me lee. Yo me río y pienso que es una broma del pequeño. El niño se pone ya más en serio y me dice: "que sí, que leo Corazón eucarístico de Jesús. Yo también, no sólo mi madre". Y la madre me dice que es verdad, en serio, y que porque el niño quiere leerme en el blog.

jueves, 17 de mayo de 2012

¡Estad alegres! -la alegría pascual (y 4)

El tiempo pascual está caracterizado por la alegría. La vivimos, la experimentamos. Nos gozamos con el Señor, nos alegramos en Él, participamos de la alegría de su Corazón resucitado.

Es tiempo de alegría porque Quien estaba muerto reina ahora sobre los vivos. Tiene poder de vivificar.


Los textos litúrgicos de la Pascua suplican esta alegría constante, reiteradamente:

Concédenos, Señor, que la celebración de estos misterios pascuales 
nos llene siempre de alegría 
y que la actualización repetida de nuestra redención 
sea para nosotros fuente de gozo incesante (OF Martes II).

Y pues en la resurrección de tu Hijo nos diste motivo de tanta alegría, 
concédenos participar también del gozo eterno (OF Lunes II).

Oh Dios, todos los años nos alegras con la solemnidad de la resurrección del Señor; 
concédenos, a través de la celebración de estas fiestas,
 llegar un día a la alegría eterna (OC Mierc. Octava).

miércoles, 16 de mayo de 2012

Hasta la enfermedad se ofrece

El sufrimiento moral y espiritual del enfermo se trasciende cuando, descubriendo al Señor crucificado, se une a Él y entonces se ofrece la enfermedad uniéndose a Cristo, por tantas y tantas necesidades del mundo y de la Iglesia.


Se trata de palpar "vitalmente" lo que experimentaba san Pablo: "completo en mi carne los sufrimientos que faltan a la pasión de Cristo en favor de su cuerpo que es la Iglesia" (Col 1,24). El dolor y la debilidad ofrecidas, con Cristo en la cruz, se convierten en instrumento de redención. Sirve en virtud de la Comunión de los santos, donde todos estamos unidos, unos se ofrecen por otros, aquellos ofrecen por éstos su trabajo, su oración o su dolor y, como somos un solo Cuerpo, repercute en bien de todos.

Es muy distinto, y los enfermos en esos momentos cruciales lo agradecen, descubrir que ellos tienen mucho aún que aportar. No mediante la predicación, o las reuniones, o el apostolado activo... sino rezando y ofreciendo con el mayor amor posible.

lunes, 14 de mayo de 2012

Jesús, nuestro contemporáneo

Si pinchásemos la etiqueta "Jesucristo" sin lugar a dudas veríamos que una idea clave es la actualidad de Jesucristo, es decir, su Presencia poderosa, amigable, en nuestra vida, en nuestra existencia hoy.

Y es que Él, por su santa Pascua, está vivo, aquí y ahora, presente, caminante, glorioso, Señor de todo.


¡Ah!, ¿pero no fue un personaje del pasado que nos dijo que había que ser solidarios? ¿Él no fue alguien que vivió hace ya mucho y decía que fuésemos buenas personas? ¿Un profeta religioso? ¿Un revolucionario? Más bien no. Esa es la imagen ilustrada, es decir, de la Ilustración, de la post-modernidad y del secularismo reinante.

Si no está vivo, nada tiene sentido. Si se le confina encerrado al pasado y a un mensaje ético, ¿cómo tocaría hoy nuestra vida, la salvaría, la santificaría? ¿Sería solamente un ejemplo a seguir, o sería su amistad y su gracia la que permitirían que viviésemos?

domingo, 13 de mayo de 2012

Las celebraciones de la palabra (y V)

Cualquiera que conozca de verdad la liturgia, sabe que superando los aspectos meramente exteriores, incluso esteticistas, que tanto agrandan a algunos, la liturgia es por sí misma e incluye en sí misma mucha teología, mucha más sabiduría pastoral que la de los "pastoralistas modernos" y, por supuesto, honda espiritualidad.


Las visiones parciales se absolutizan fácilmente en detrimento de otras dimensiones. 

Quienes sólo ven la liturgia como un acto pastoral, la adaptarán según sus criterios y modas pastorales deseando hacerla "atractiva", un happening. Quienes sólo ven la liturgia como teología, se preocuparán exclusivamente de la materia y la forma, la correcta pronunciación de las palabras sacramentales. Quienes sólo ven la liturgia como rúbricas, terminan por valorar lo estético, lo solemne y barroco (número de velas y cirios, corte y confección de la casulla, bordados y encajes del mantel), sin preocuparse de una vivencia interior y fructuosa, ya que sólo ven un acto de suma belleza para los sentidos. Así se podría seguir en la medida en que se absolutizan visiones parciales.

Las celebraciones de la palabra de Dios que hemos ido explicando hasta ahora tienen su historia, su sentido, su utilidad pastoral y su modo concreto de celebrarlas (su ritual). Ese fue el contenido de catequesis anteriores. Pero quedarían incompletas si no añadiésemos su hondura espiritual, la dimensión espiritual inherente a toda liturgia.

En este caso, las celebraciones de la palabra de Dios tienen una impronta mariana, son un acto mariano en su esencia.

sábado, 12 de mayo de 2012

Todo es nuevo

Con la santa Pascua del Señor, ¡todo es nuevo!

El mundo entero se ha renovado.


El hombre nuevo ha renacido en las fuentes bautismales.

El tiempo es un tiempo nuevo porque se convierte en tiempo de gracia y salvación mediante Cristo, Señor del tiempo, Alfa y Omega, Principio y Fin.

¡Todo es nuevo!

La liturgia expresa esta nueva creación, este orden nuevo, mediante la novedad de su liturgia. 

El fuego para la Vigilia pascual es nuevo y se bendice; 

 el cirio pascual es nuevo cada año; 
 
el Aleluya es nuevo, mudo desde el miércoles de ceniza; 

el agua bautismal es nueva y bendecida; 

los óleos son nuevos, fruto de la Misa crismal para esta noche; 

el Bautismo es nuevo ofreciendo novedad de vida; 

nueva es la Eucaristía solemne, que durante el Viernes y el Sábado Santos no se ofrecía.

Dice el libro del Apocalipsis: ¡Todo lo hago nuevo! Ecce omnia nova facio!

viernes, 11 de mayo de 2012

¡Estad alegres! -la alegría pascual (3)

Siguiendo con el Mensaje del santo Padre para la Jornada Mundial de la Juventud de este año 2012, encontramos nuevos campos de la alegría, nuevos motivos para la alegría, nuevas formas más amplias de vivir una alegría nueva.

Podemos estar alegres con una alegría nueva porque somos amados, como nunca lo habíamos sido, por el amor del Señor resucitado, Cristo vivo. Ese amor nos renueva, nos da alas, nos llena. La alegría viene del amor de Dios en Cristo.

Pero también, e indisolublemente, del amor que profesamos a los demás y de la experiencia de sentirse amados por los otros, que siempre son un reflejo del amor insondable de Dios.

Además de la alegría del amor, la alegría de la conversión: quien se encuentra con el Señor, y cambia su vida, experimenta una alegría que antes no podía hallar ni se le podía dar a gustar.

"4. La alegría del amor

Queridos amigos, la alegría está íntimamente unida al amor; ambos son frutos inseparables del Espíritu Santo (cf. Ga 5,23). El amor produce alegría, y la alegría es una forma del amor. La beata Madre Teresa de Calcuta, recordando las palabras de Jesús: «hay más dicha en dar que en recibir» (Hch 20,35), decía: «La alegría es una red de amor para capturar las almas. Dios ama al que da con alegría. Y quien da con alegría da más». El siervo de Dios Pablo VI escribió: «En el mismo Dios, todo es alegría porque todo es un don» (Ex. ap. Gaudete in Domino, 9 mayo 1975).

Pensando en los diferentes ámbitos de vuestra vida, quisiera deciros que amar significa constancia, fidelidad, tener fe en los compromisos. Y esto, en primer lugar, con las amistades. Nuestros amigos esperan que seamos sinceros, leales, fieles, porque el verdadero amor es perseverante también y sobre todo en las dificultades. Y lo mismo vale para el trabajo, los estudios y los servicios que desempeñáis. La fidelidad y la perseverancia en el bien llevan a la alegría, aunque ésta no sea siempre inmediata.

jueves, 10 de mayo de 2012

Alteza del oficio sacerdotal (san Juan de Ávila)

Con la alegría que da poder celebrar hoy, 10 de mayo, la fiesta del patrono del clero secular español, leamos el texto de una plática que el Oficio divino presenta hoy como segunda lectura y que bien tempranito hemos leído.


 Son ideas preciosas, descripciones sublimes, con sus respectivas comparaciones, sobre la alteza del oficio sacerdotal, su pureza y santidad de vida, la experiencia de oración que los sacerdotes han de haber adquirido.

Así conmemoramos hoy a este santo que será nombrado Doctor de la Iglesia, en fecha aún por determinar.

(Plática enviada al padre Francisco Gómez, S.I., para ser predicada en el Sínodo diocesano de Córdoba del año 1563)
 
"No sé otra cosa más eficaz con que a vuestras mercedes persuada lo que les conviene hacer que con traerles a la memoria la alteza del beneficio que Dios nos ha hecho en llamarnos para la alteza del oficio sacerdotal. Y si elegir sacerdotes entonces era gran beneficio, ¿qué será en el nuevo Testamento, en el cual los sacerdotes de él somos como sol en comparación de noche y como verdad en comparación de figura?
 
Relicario de San Juan de Ávila que está recorriendo parroquias y diócesis

Mirémonos, padres, de pies a cabeza, ánima y cuerpo, y vernos hemos hecho semejables a la sacratísima Virgen María, que con sus palabras trajo a Dios a su vientre, y semejables al portal de Belén y pesebre donde fue reclinado, y a la cruz donde murió, y al sepulcro donde fue sepultado. Y todas estas son cosas santas, por haberlas Cristo tocado; y de lejanas tierras van a las ver, y derraman de devoción muchas lágrimas, y mudan sus vidas movidos por la gran santidad de aquellos lugares. ¿Por qué los sacerdotes no son santos, pues es lugar donde Dios viene glorioso, inmortal, inefable, como no vino en los otros lugares? Y el sacerdote le trae con las palabras de la consagración, y no lo trajeron los otros lugares, sacando a la Virgen. Relicarios somos de Dios, casa de Dios y, a modo de decir, criadores de Dios; a los cuales nombres conviene gran santidad.
 

miércoles, 9 de mayo de 2012

Abogados que se santifican

También los abogados se pueden santificar en el ejercicio de su profesión... porque su vocación debe ser la Verdad y la justicia.

Y aunque no sea un campo especialmente fácil, el ejercicio de la abogacía -como toda otra profesión y trabajo- es un campo de santidad, un modo ordinario de vivir la santidad.


No seré yo quien escriba o imparta esta catequesis, y más aún cuando algunos de vosotros trabajáis en estos campos del Derecho y similares, sino el papa Pablo VI, en un discurso que -como os dije- encontré hace poco.

Para los abogados, letrados y demás, espero que sea una ayuda; para todos los demás, sea un ejemplo de cómo una actividad concreta puede ser camino de santificación y a imagen de la abogacía, cualquier otra profesión.


"Vuestra actividad, en cuanto desarrolla una relación de colaboración directa con la administración de justicia, tiene una importancia fundamental en la vida de la colectividad, porque justamente coopera al fin altísimo de salvaguardar los derechos de los ciudadanos, y de garantizar el ordenado desarrollo de la sociedad en a libertad y en la justicia para todos.


martes, 8 de mayo de 2012

Aceite bendecido, óleos santos

Avanzada ya la santa Pascua, en su gloriosa cincuentena, habremos tenido ocasión de vivir y participar en distintos sacramentos de la Iniciación cristiana, en los que se emplea el santo crisma. El aceite en la liturgia es muy expresivo: por su textura, impregna todo lo que toca y es absorbido por la piel; en los tejidos, son manchas casi imposibles de quitar... y en las personas, cuando el aceite ya ha desaparecido, queda su "marca" interior, el sello del Espíritu Santo.


Con el santo crisma, el Espíritu Santo nos es dado para configurarnos a Cristo, hacernos miembros vivos de su Cuerpo místico y otorgarnos los siete dones del Espíritu.

También los otros dos óleos, el de catecúmenos y el de enfermos, ejercen su función interior y son expresivos de realidades interiores, invisibles pero reales. 


Lo que no se ve y no se palpa, ¿cómo se puede comunicar en la liturgia? Lo visible es vehículo y signo de lo invisible; lo visible nos lleva a lo invisible. Por eso la liturgia sacramental de la Iglesia emplea materias visibles (aceite, agua, pan y vino) que con la fuerza del Espíritu Santo comunican gracias sobrenaturales, y alguna hasta llega a cambiar su naturaleza, como el pan y el vino, para ser verdadera y sustancialmente, el Cuerpo y la Sangre del Señor.

La liturgia es un mundo simbólico donde se conjuga lo visible y lo invisible, lo natural y lo sobrenatural, el hombre y Dios.

lunes, 7 de mayo de 2012

¡Estad alegres! -la alegría pascual (2)

¿Qué es la alegría? ¿La alegría cristiana? ¿Aquella alegría que el mundo no conoce y que es propia de los discípulos del Señor resucitado?

¿Cómo vivir alegres? ¿Es posible? 


¿Y cuál será su fuente, su venero profundo, su manantial? ¿De qué forma podremos mantenernos realmente alegres?

"Señor, danos paz y alegría".

2. Dios es la fuente de la verdadera alegría

En realidad, todas las alegrías auténticas, ya sean las pequeñas del día a día o las grandes de la vida, tienen su origen en Dios, aunque no lo parezca a primera vista, porque Dios es comunión de amor eterno, es alegría infinita que no se encierra en sí misma, sino que se difunde en aquellos que Él ama y que le aman. Dios nos ha creado a su imagen por amor y para derramar sobre nosotros su amor, para colmarnos de su presencia y su gracia. Dios quiere hacernos partícipes de su alegría, divina y eterna, haciendo que descubramos que el valor y el sentido profundo de nuestra vida está en el ser aceptados, acogidos y amados por Él, y no con una acogida frágil como puede ser la humana, sino con una acogida incondicional como lo es la divina: yo soy amado, tengo un puesto en el mundo y en la historia, soy amado personalmente por Dios. Y si Dios me acepta, me ama y estoy seguro de ello, entonces sabré con claridad y certeza que es bueno que yo sea, que exista.

domingo, 6 de mayo de 2012

Las celebraciones de la palabra (IV)

Visto todo lo anterior, tal vez la pregunta sea: ¿cómo se hacen estas celebraciones? Y es que si son celebraciones litúrgicas, están regidas por la Iglesia, no por la creatividad de unos y otros, no por la improvisación de la buena voluntad.


Los diferentes libros litúrgicos leídos en conjunto, uno a la luz de otro, nos ofrecen el desarrollo celebrativo completo, con sus posibilidades para elegir.

Entramos entonces en el terreno estrictamente litúrgico, o sea, celebrativo.


Las celebraciones de la palabra de Dios encuentran su modelo celebrativo, su esquema y desarrollo, en la forma de la liturgia de la Palabra de la Misa. En distintos documentos y libros litúrgicos hallamos su descripción de manera que se evite la falsa creatividad y la improvisación.

La primera descripción es la que ofrece la Instrucción Inter Oecumenici:


“La estructura de esta celebración será semejante a la de la liturgia de la palabra en la misa: generalmente se leerán en lengua vernácula la epístola y el evangelio de la misa del día, anteponiendo e intercalando cantos, tomados preferentemente de los salmos. Si es diácono el que preside, pronunciará la homilía, y si no lo es, leerá la homilía que le haya señalado el Obispo o el párroco. La celebración terminará con la oración común o de los fieles y el Padrenuestro” (n. 37).
 
Más pormenorizada, y con valor normativo para todos, es la descripción del Caeremoniale episcoporum que detalla elementos que habitualmente no se hallan en otros libros litúrgicos, especialmente en lo que atañen a las rúbricas. Referente a las celebraciones de la palabra, ofrece la descripción siguiente:

sábado, 5 de mayo de 2012

Seguimos con las abejas del Pregón pascual

Recordé de casualidad que el papa Pío XII, hombre cultísimo donde los hubiera, dedicó discursos a las materias más variadas, incluso científicas, con competencia y nivel, escribiéndolos él mismo después de estudiar exhaustivamente el tema.

Sobre las abejas tiene un discurso pronunciado a un Congreso Nacional de apicultores y, sus palabras, nos pueden servir de glosa para entender mejor el valor y simbolismo de las abejas, que ya captó el autor del Pregón pascual, mal que le pese a san Jerónimo que veía un exceso de alegorismo y un lenguaje en la liturgia que era poético, pero no estrictamente bíblico.

¿Qué hacen y cómo son las abejas?
¿Por qué el autor de nuestro pregón pascual las ensalza y menciona con estima? 
¿Por qué incluso otros pregones pascuales, de otras fuentes litúrgicas y de otras áreas, hacen alusión a las abejas laboriosas y castas, tal como ya vimos?
¿Qué tienen de especial, de particular?

El discurso del papa Pío XII ofrece una enseñanza sobre las abejas y termina, destacadamente, mencionando su presencia en el Pregón pascual:

"Vuestra presencia en tan gran número, vuestro deseo de encontraros reunidos delante de Nos, queridos hijos, Nos procura un verdadero consuelo, por lo que os expresamos de corazón Nuestra gratitud por vuestros homenajes y por vuestros dones, unos y otros particularmente gratos. Más allá del valor material o técnico, el trabajo que representan, ofrece por su naturaleza y por su significado, un interés psicológico, moral, social, incluso también religioso, de no poco valor. Las abejas, ¿no han sido quizás unánimemente cantadas por la poesía tanto sacra como profana, de todos los tiempos?

Estas abejas, movidas y dirigidas por el instinto, vestigio y testimonio visible de la sabiduría invisible del Creador, ¡qué lecciones dan a los hombres, que son –o deberían ser- guiados por la razón, vivo reflejo del intelecto divino!

viernes, 4 de mayo de 2012

Brilla el misterio de la Cruz (XII)

Brilla el misterio de la Cruz y para nosotros la cruz marca nuestra vida. Signarse con la cruz en la frente es llevar el sello del Dios vivo, ¡piadosa costumbre cristiana!, gesto litúrgico original.


"Procura siempre signarte la frente con respeto. Este signo de la Pasión está indicado contra el demonio, cuando lo haces con fe, no para alardear delante de los hombres, sino para tenerlo en conocimiento, delante de ti como un escudo" 

(Hipólito, Traditio, n. 37).

"Siempre que marchamos y nos movemos, siempre que volvemos y salimos, al vestirnos y al calzarnos, a la hora del baño y a la hora de comer, cuando encendemos las luces, al acostarnos y al sentarnos, adonde quiera que nos lleven los negocios del día, en todas las ocasiones signamos la frente con el signo (de la cruz)"
(Tertuliano, De corona, 3).

jueves, 3 de mayo de 2012

¡Estad alegres! -la alegría pascual

Es propio del cristiano vivir la alegría, siempre fruto y don del Espíritu Santo, gozando de la insonsable alegría del Señor resucitado.


Multitud de veces, a lo largo del tiempo pascual, en las oraciones colectas o en las preces de Laudes y Vísperas, hacemos mención de la alegría, la suplicamos, deseamos gozar de la alegría eterna que ya hemos empezado a pregustar en la tierra.

Es una alegría nueva, indecible, posee otro sabor, otro tono, que las alegrías mundanas. Vamos a dejarnos catequizar ahora para comprender y vivir la alegría.

Siguiendo la estela de una desconocida exhortación apostólica de Pablo VI, la "Gaudete in Domino", el papa Benedicto XVI ha dirigido el Mensaje para la Jornada mundial de la juventud-2012 centrado en la alegría cristiana.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Renuncia y profesión de fe (detalles de liturgia)

 
"Tengo aquí la renovación de las promesas de bautismo que se dijo en una parroquia. El caso es que tengo la duda de si es correcta tal como se dijo. Aquí la dejo transcrita:


1. Porque tenemos por Padre a Dios, que nos quiere y nos ayuda a querernos unos a otros, ¿renunciáis a ser egoístas, a creeros más que nadie y a pensar sólo en vosotros?



2. Porque Jesús, nuestro amigo, es la verdad y nos invita a vivir siempre en la verdad, ¿renunciáis a ser mentirosos?






3. Porque por el Bautismo hemos recibido el Espíritu Santo, que nos da fuerza y nos mantiene unidos, ¿renunciáis a estar enfrentados unos con otros y a todo lo que os pueda separar de Jesús?"


Así me consultaron hace un tiempo ya y creo que vale la pena la pregunta.

martes, 1 de mayo de 2012

Oración católica, id est, universal

Las súplicas de la Iglesia en su liturgia son siempre universales, incluyen a todos, miran las necesidades de todos los hombres.

Lo más alejado de ese espíritu católico son las preces o las súplicas en que una tras otra sólo pide por los presentes, "para que nosotros", "para que tomemos conciencia de que", "para que seamos solidarios", etc.


Reza la Iglesia en su liturgia y con su corazón abarca a todos. Y como muestra, tres textos de la liturgia hispano-mozárabe, nuestro venerable rito, iluminan y dan pistas de cómo proceder no sólo en la liturgia, sino también en la oración privada y personal, a la hora de pedir al Señor.

Concede, te pedimos:
a los sacerdotes concordia,
a los clérigos disciplina,
a los monjes perseverancia,
a las vírgenes sagradas pureza,
a las viudas continencia,
a los príncipes sea una vida prudente,
a los pueblos sea una paz indivisible,
haya abundancia de todos los frutos (LMS 1328).